Clásicos • 11 Mar 1996
Clásicos • 12 Abr 1996
Ernesto Neves un cierto Lotus 62
El automóvil fue comprado por Team Palma. Llegó a Portugal con los colores del Gold Leaf Team Lotus a finales de los años 60, principios de los 70 y la primera carrera que hizo fue en el Circuito de Vila Real. Fue motivo de gran orgullo para el deporte automovilístico en Portugal, dado que Lotus solo construyó dos ejemplares. Algunas historias que recuerdo al volante, aquí están.
Recuerdo que era un automóvil difícil de manejar y no daba la misma emoción que los Ford Escort y semejantes que “levantaban la rueda” en curva. Este Europa 62 de Lotus era casi un Fórmula 1, neumáticos muy anchos atrás, casi que se conducía derecho, parecía que era sobre un carril…
Era súper ruidoso en el interior (ese ruido de escape, parece que todavía lo estoy oyendo) y correr sin un par de tapones en los oídos, era casi medio camino a la sordera. Un día, en una carrera, lo olvidé y sé de lo que estoy hablando…
El motor, 2,0 litros Vauxhall que luego equipó a los Jensen-Healey, debitando más de 200cv permitía una velocidad punta cerca de los 280km/h.
Participé con él en muchas carreras y también rampas, casi todas. Recuerdo los circuitos de Montes-Claros y el espantoso duelo que allí tuve con Carlos Santos que puso el público de pie vibrando sin límites, Vila Real y Vila do Conde y, claro, el Autódromo de Estoril donde estuve con el Lotus 62 el día de la inauguración, el 17 de junio de 1972 (en 1992 el automóvil marcó presencia en la fiesta de los 20 años del Autódromo, presenciando un ciclo en nuestro deporte motorizado) y en el mismo autódromo donde disputé una de las carreras más emocionantes de mi carrera con este automóvil, aquella que paré con Carlos Gaspar.
En Brasil, participé con el Lotus 62 en los 500 km de Interlagos y, en 1973, hace su última carrera conmigo al volante en el Circuito de Moçâmedes en Angola, un ambiente verdaderamente “de locura” pues transcurrían las fantásticas Fiestas del Mar donde todo el mundo “iba al baño” ¡Y daba gusto ver la mano llena de bellezas locales, espampanantes!
Por Angola se quedó. Comprado por los hermanos Fraga, entonces agentes Lotus en Luanda, el Lotus 62 tiene poco tiempo para hacer historia en suelo angoleño ya que llega 1974 y todo cambia de repente, después del 25 de Abril. El automóvil regresa a Portugal en 1975, con un “toque” en la carrocería y es “depositado” en la aduana englobado en el éxodo post-revolución.
Alguien lo nota y, hablando como Augusto Palma, se dice que es una pena que no vuelva a comprar el automóvil. Entonces, Augusto Palma y Américo Costa deciden dar una nueva vida al Lotus 62, rehaciendo y reparando el automóvil lo mejor posible. De nuevo en suelo portugués el “meu” Lotus, el mismo con que tantas y tantas veces corría, parecía volver a la vida activa…
Después, un amigo mío insistió en que lo volviera a conducir, mejor, quería que lo comprara, tantos recuerdos él me había dejado. Eso ni estaba en mis planes pero Joaquim Nicodemos insistía y, a finales de los 70 o principios de los 80, decidí comprar el Lotus pasando a propietario. Me hice dueño de un Lotus Europa 62 chasis número 62/02, uno de los dos fabricados y quedando como el único existente en el mundo!
Los años pasaron y en algún momento decidí vender. Para eso, intenté encontrar en Portugal gente interesada, gente de los automóviles, que pensara importante mantener esta “preciosidad” entre nosotros.
Sin embargo, los tiempos no eran los mejores y las ofertas escaseaban. Se anuncia internacionalmente la venta del automóvil en revistas extranjeras y surge un comprador con el que cierro negocio. El automóvil fue al lejano oriente… 1995 es el año de la venta de mi Lotus Europa 62 a Japón.