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El Chevrolet Camaro utilizado en la guerra de Bosnia
Por regla general, los vehículos militares son automóviles robustos, con capacidades todoterreno, de modo que pueden circular por cualquier tipo de superficie. Pero en la guerra de Bosnia, que tuvo lugar de 1992 a 1995, se utilizó un coche diferente, con una misión muy especial y distintiva, aunque no estuviera en servicio oficial con las fuerzas armadas.
Helge Meyer era un oficial de las Fuerzas Especiales danesas y también propietario de un Chevrolet Camaro de 1979 de segunda generación. Estaba en la base aérea de Rhein-Main (Alemania) cuando estalló la guerra de Bosnia. Aunque Meyer estaba en plena guerra, nunca utilizó un arma, por lo que llegó a ser conocido como “Guds Rambo”, o el Rambo de Dios, y su única arma era su propio coche, porque había renunciado a la violencia.
Meyer realizó varios cambios en su Camaro, por ejemplo, eliminó la luneta trasera para sustituirla por un panel metálico, añadió un “capó asesino” en la parte delantera, además de un panel antiminas y el mayor cambio fue… un patito de goma amarillo en la parrilla delantera. Los militares estadounidenses ayudaron en el montaje de otros equipos, como paneles de Kevlar, ventanas reforzadas con acero, pintura mate como la del F-117 Nighthawk que absorbe las luces infrarrojas, neumáticos run-flat, sistema de detección de calor, visión nocturna, radio de comunicación, extintores, dos neumáticos de repuesto y el mayor cambio fue la incorporación de un sistema de inyección de nitro. Se colocaron placas de acero detrás de los asientos y debajo del coche para protegerlo, y las puertas y el maletero se forraron con Kevlar. El motor V8 de 5,7 litros también recibió algunos cambios para aumentar la potencia de los 185cv originales a 220cv, y cuando se activaba la nitro, pasaba a 440cv. Esto significaba que, a pesar del peso añadido, este Camaro alcanzaba los 200 km/h en 13 segundos.
Su misión consistía en llevar suministros a la población civil y, a pesar de todo el equipo añadido, Meyer consiguió añadir 400 kg de alimentos, medicinas y artículos sanitarios. Las entregas se hacían de día y de noche, y siempre conseguía esconderse de la policía, el ejército y los grupos rebeldes. Aun así, fue perseguido varias veces y le dispararon, pero nunca se dañó nada importante, ya que Meyer conocía bien las carreteras secundarias y el Camaro tenía la capacidad de ser invisible en el radar, razón por la cual el Camaro era conocido como el “Coche Fantasma”. Durante su permanencia en el servicio activo, realizó unos 70 viajes y a menudo le acompañaba una enfermera.
Tras el final de la Guerra, Meyer volvió a casa y se trajo el Camaro con él y, 20 años después, sigue en su poder, igual que cuando estaba en la Guerra, sólo que con un color diferente, un color naranja, más vivo que el negro utilizado en combate. Su motor también es el original y tiene más de 100.000 km.
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