Clásicos • 02 Jan 2023

El Audi Rosemeyer es un prototipo, presentado por primera vez en el Autostadt de 2000 y exhibido posteriormente en diversos salones del automóvil de toda Europa. Sin embargo, aunque nunca se desarrolló para la producción en serie, su diseño revolucionario y su carácter deportivo llamaron mucho la atención de la marca y de varios compradores potenciales, que ansiaban una versión de producción, algo que nunca ocurrió.
Este coche fue diseñado para llamar la atención y crear expectación, ya que combina elementos de diseño moderno con el diseño de los coches de Gran Premio de Auto-Union, concretamente el Type C de 16 cilindros pilotado por Bernd Rosemeyer, que también dio nombre al prototipo. Este modelo también tiene algunas similitudes con el estudio del Type 52 realizado por Ferdinand Porsche y Erwin Komenda en los años 30, que sería una versión de carretera de las “Flechas de Plata”, pero que nunca llegó a fabricarse. Lo que más destaca es la parrilla, que evoca a los coches de Auto Union, flanqueada por las ópticas de xenón, que están protegidas con aluminio, que al conectarse se levanta. En la parte trasera, cuenta con dos imponentes salidas de escape en el centro. La carrocería aerodinámica, basada en la streamliner de los años 30, es toda de aluminio, que al igual que la Auto Union, está sin pintar. Para favorecer la aerodinámica, este coche se ha equipado con cámaras en lugar de espejos retrovisores.
El interior tiene dos bakets muy deportivos y está todo recubierto de material ignífugo Nomex. Los pedales son ajustables, como en la competición. La fibra de carbono, el aluminio y el cuero definen el interior de alta calidad.
El motor de gran cilindrada 8004cc es un W16 de 72 grados, cinco válvulas por cilindro, 80 en total, doble árbol de levas en cabeza. El motor central desarrolla 710 CV y 760 Nm a 9.000 rpm, y está equipado con el sistema de tracción total permanente quattro de Audi, que recibe la potencia del motor a través de una caja de cambios manual de seis velocidades.
El motor fue uno de los puntos que contribuyeron a que el coche no se fabricara, debido a los grandes costes de producción y también para evitar la competencia interna con Lamborghini, que Audi adquirió en los años noventa. Sin embargo, años más tarde, Audi produjo el R8, basado en el Gallardo y relanzó la marca Bugatti, con un coche idéntico al Audi Rosemeyer, el Veyron, utilizando el mismo motor y principio de diseño. La velocidad máxima teórica supera los 350 km/h, pero nunca se ha probado, ya que este prototipo no es totalmente funcional. Tiene una longitud de 4540mm, una anchura de 1920mm, una altura de 1240mm y una distancia entre ejes de 291mm, está equipado con llantas de aluminio de 20″. El único ejemplar construido está en posesión de Audi Tradiction.