Clásicos • 21 Jan 2023
A menudo asociamos la realeza con la opulencia y el lujo. Básicamente, su acceso a las mejores cosas de la vida está claro, ¡y ni siquiera los coches escapan a esta tendencia! Juan Carlos, en su día jefe de la Casa Real española, también pasa a la historia por su buen gusto y excentricidad.
No lejos de su reino, se fabricaban los coches más exóticos según los excelentes estándares de la industria alemana. Me refiero, obviamente, a la marca de Stuttgart, cuya reputación, para cuando sale el 450 SEL, ya está más que consolidada y es indiscutible.
El clásico del que hablamos es cualquier cosa menos corriente. Desde sus dimensiones palaciegas, su motor “a la americana” y su soberbio interior, ¡este clásico transmite sensaciones increíbles con sólo mirarlo!
El Mercedes-Benz 450 SEL 6.9 se presentó al mundo en 1974 en el aclamado Salón del Automóvil de Ginebra. Salió a la venta entre 1975 y 1981, ofreciendo lo mejor de ambos mundos: la calidad y el confort de un coche de lujo, por un lado, y las prestaciones más deportivas, por otro.
Para conseguirlo, el 450 SEL estaba equipado con el mayor motor no americano de la época, un V8 de 6,9 litros con unos 286 CV. Con una caja de cambios automática de tres velocidades, este clásico recorrió los 100 metros en 7,1 segundos, una proeza para un coche de más de 1.900 kilos. Con una velocidad máxima de 225 km/h, el 450 SEL era muy rápido, pero también seguro. Estaba equipado con frenos de disco en las cuatro ruedas y, más tarde, con ABS electrónico, fruto de la colaboración de Mercedes con Bosch.
Un detalle que casi escapa a la atención, es el hecho de que el 450 SEL fue el primer automóvil equipado con suspensión hidroneumática independiente, lo que confería cualidades aún más evidentes a la conducción, pero también al viaje de los ocupantes, generalmente grandes y adineradas personalidades.
Esta suspensión se utilizó ampliamente en los modelos más lujosos y caros de Citroën durante más de medio siglo. Sin embargo, en caso de avería, el Mercedes-Benz estaba equipado con una suspensión convencional alternativa, mientras que la del Citroën no lo estaba.
Una de esas personalidades fue incluso el Rey Juan Carlos, que compró el coche en 1978, con algunos detalles interesantes. El más resonante de ellos era el hecho de que estaba blindado, lo que aumentaba sustancialmente su peso, lo que repercutía en su rendimiento. La versión blindada fue especialmente solicitada por la Casa Real a la empresa estadounidense Armalite, que, utilizando compuestos de kevlar, preparó el coche.
Al utilizar compuestos de kevlar en lugar de acero balístico, el aumento de peso fue bastante pequeño, en comparación con otros blindados del mismo modelo, pero también con los blindados en general.
En total, se fabricaron casi nueve mil doscientas unidades, lo que refleja bien la exclusividad de este magnífico coche. Una de estas unidades, fue precisamente el 450 SEL de la realeza española, que fue subastado en septiembre de 2017 por unos cuarenta mil euros, siendo autentificado por la propia casa real. Tenía poco más de ciento sesenta mil kilómetros en el cuentakilómetros y se encontraba en buen estado general.