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Porsche 928: El modelo que casi extingue al 911
El Porsche 911 es un icono de la industria del automóvil y de la propia Porsche, ya que es el modelo que identifica inmediatamente a la marca. Pero a finales de la década de 1970, el 911 estuvo a punto de ser sustituido por el Porsche 928, un modelo más de carretera, mileurista y no tan deportivo. Esta hipótesis estaba sobre la mesa por varias razones: el 911 era un modelo difícil y caro de producir, su base tenía ya más de una década y con los avances de la tecnología, la producción de un modelo con motor trasero estaba casi injustificada.
El proyecto del Tipo 901, fue concebido en una época en la que Porsche era una empresa pequeña, que producía coches específicos para un nicho de mercado, construidos casi a mano, con un proceso que sólo en parte podía ser automatizado. Además, su interior era pequeño y, en general, el 911 estaba perdiendo ventas y los responsables de la marca alemana pensaban que había alcanzado su punto álgido de evolución. Fue en ese momento, cuando comenzó el diseño del 928 con el objetivo de ocupar el lugar del 911.
El Porsche 928 se desarrolló desde cero para ser más fácil de producir, mantener, conducir y ceñir a las necesidades cotidianas. Reunía aún más lujo, refinamiento y tecnología, con mejores prestaciones que su hermano mayor con motor trasero. El Porsche 928 se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1977, empezó a venderse en 1978 y fue elegido “Coche Europeo del Año” ese mismo año, el único GT en lograr tal hazaña.
El motor, montado en la parte delantera, era un V8 de aluminio con árbol de levas en cabeza y una potencia inicial de 4,5 litros y 240 CV. La caja de cambios, que podía ser manual de cinco velocidades o automática Mercedes-Benz de tres velocidades (a partir de 1983 pasa a ser de cuatro velocidades), estaba montada en la parte trasera, en una configuración de transeje para distribuir mejor el peso, alcanzando el reparto perfecto 50/50. La carrocería era muy aerodinámica, diseñada por Wolfgang Möbius y Anatole Lapine y, aunque tenía los faros expuestos, éstos eran escamoteables, levantándose cuando se encendían las luces, y el diseño se asemejaba a una bala. Las puertas, los guardabarros delanteros y el capó eran de aluminio para reducir el peso. El interior era bastante futurista, con cuero por casi todas partes, con mucha tecnología punta. Ya en 1979 aparece el 928S con motor de 4,7 litros y 300cv y en 1983 pasa a 310cv con la adopción de la nueva inyección Bosch LH-Jetronic.
A medida que el 928 evolucionaba con los años, se mejoró el motor, haciéndolo más potente. En 1986 se lanzó el 928 S4, ya con un motor V8 con doble árbol de levas en cabeza, cuatro válvulas por cilindro, es decir, 32 válvulas en total y 5,0 litros de cilindrada, para entregar 320 CV. Esta versión también disponía de tomas de aire delanteras controladas eléctricamente y fue el coche atmosférico más rápido del mundo en el momento de su lanzamiento.
En 1989 se lanzó el 928 GT con el motor de 330 CV, caja de cambios más corta de cinco velocidades, autoblocante controlado electrónicamente y suspensión deportiva. La versión más potente, disponible para el comprador normal, culmina en el 928 GTS de 1992 con el motor de 5,4 litros, que desarrollaba 350 CV y alcanzaba una velocidad máxima de 275 km/h. También existen otras versiones, limitadas y más exclusivas, como el 928 Club Sport de 1988, que era 100 kg más ligero y, entre otras modificaciones, el motor pasaba a entregar 330 CV.
Sin embargo, el 928 nunca consiguió venderse en volumen suficiente para sustituir al 911. Se fabricaron más de 60.000 ejemplares durante los 18 años de producción. Lo que también puede haber ayudado a las bajas ventas, fue el hecho de que algunos ejemplares presentaban graves fallos en el motor y diversas deficiencias de ingeniería, como la correa de distribución. Hoy en día, el Porsche 911 sigue entre nosotros, ya con la octava generación, lanzada 55 años después de la introducción del modelo 911 original.