Archivos • 23 Mai 2022
Instantánea: Un cuarto puesto en Monza tras una unidad extrema
Veterano de la Segunda Guerra Mundial y natural de Filipinas, Tony Settember empezó a competir en la escena de los deportivos de la costa oeste estadounidense, debutando en 1954 con un Jaguar XK120 en Torrey Pines y cambiando a un MG al año siguiente. En 1956 abrió un concesionario Mercedes-Benz en la ciudad californiana de Ontario y empezó a utilizar un 300 SL para sus apariciones. El coche alemán daría paso a un Corvette patrocinado por Jack Young en 1958, que utilizó hasta 1960, cuando su vida deportiva empezó a tomar otro rumbo.
Todo ello porque viajó a Inglaterra y conoció al joven multimillonario, también estadounidense, Hugh Powell. Allí descubrieron un deportivo artesanal que prometía, pero al que le faltaban algunos elementos, uno de ellos el motor… Settember, aconsejado por Briggs Cunningham, habló con Lucky Casner (fundador de Camoradi), quien le puso en contacto con Maserati, que le suministró una unidad de 2.000 cc. Así nació el WRE, que Settember llevó al GP de Nápoles de 1959, venciendo a una fuerte competencia italiana. El futuro del coche no progresaría mucho, porque mientras tanto Maserati desarrolló el Type 61, un coche aún más competitivo que su “primo” inglés. Pero la parte más importante de esta aventura fue la conexión con Powell, que financiaría las siguientes aventuras de Settember. No se trataba sólo de las participaciones conjuntas en las carreras americanas de 1961, sino, sobre todo, de la constitución de la Scuderia Scirocco, que sería principalmente para el asalto a Europa. El Corvette de la foto fue comprado por Powell y enviado a Europa, con el depósito de gasolina construido por Maserati (sic), y Settember y John Turner lo alinearon en las 24 Horas de Le Mans de 1962.
Pero el movimiento más audaz de esta “demarquía” americana fue la entrada en la F1, con el uso de un Emeryson. Paul Emery tenía fama de innovar en exceso en el diseño de sus coches, lo que, unido a un chaval americano con problemas de liquidez, provocó muchas fricciones. Sin embargo, Tony Settember debutó en el Campeonato del Mundo de F1 en uno de estos coches en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1962, algo incómodo, ya que era demasiado alto para estar cómodo en el coche….
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