Renault Colorale: El precursor de los SUV modernos

En la pequeña Guaíba, a orillas del lago del mismo nombre, en el sur de Brasil, casi todo el mundo conoce un Renault Colorale Prairie azul de 1951. El vehículo está en el pueblo desde 1954, cuando lo compró el antiguo mecánico Cezar Hagel Maciel, que solía comprar y revender pan en el pueblo con el camión, hasta que abrió su propia panadería y lo utilizó para comprar trigo, sal y otros insumos.

Después de cumplir una larga y productiva misión como “coche del panadero”, el Colorale Prairie, ya jubilado, quedó aparcado durante muchos años en el garaje del actual propietario, el empresario Cezar Augusto Maciel, hijo y heredero del antiguo dueño, junto al hospital de Guaíba, por lo que también se le conocería como el “coche del hospital”.

Baker o coche hospital, el Renault Colorale Prairie llegó a Brasil a principios de los años 50 desmontado, en cajas CKD, y fue montado por la empresa CIREI, que ya ensamblaba vehículos Dodge norteamericanos en sus instalaciones de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul, desde 1944, y, a partir de 1946, se convirtió también en concesionaria de la marca francesa Renault.

El padre del actual propietario trabajaba en los talleres de CIREI, conocía bien el proceso de montaje de Colorale y acabó comprando el coche a un cliente de su taller en Guaíba, en 1954. El mantenimiento de la máquina no fue problema para él, pues conocía en detalle su mecánica simple y robusta. El coche permaneció en uso en la familia Maciel hasta 1988, cuando se adquirió otro vehículo. Mientras vivió, el propietario no permitió que nadie más tocara el Colorale. Estando parado, el automóvil se degradaba.

En 2010, tras su muerte, su hijo Cezar comenzó a pensar en una restauración, cuyo inicio se produjo finalmente en 2013. “Este aspecto que tiene hoy, además de devolverlo a la vida, es un homenaje al hombre que lo conservó todos estos años y que tanto hizo por la ciudad y por Renault Colorale”, dice el hijo. “Hoy”, añade, “tanto las generaciones mayores como las más jóvenes de la ciudad celebran su regreso”.

Admirado por todos los que lo ven en reuniones de coches antiguos y premiado en concursos nacionales, como el 27º Encuentro Sudbrasileño de Vehículos Antiguos, celebrado por el Veteran Car Club de Brasil/Porto Alegre en 2018, el Colorale de Maciel es uno de los cinco que existen en todo Brasil, una verdadera rareza.

Vehículo de pasajeros y para todo tipo de trabajo (también tuvo versiones furgoneta y camioneta), puede considerarse un precursor de los SUV modernos. Su nombre -fusión de las palabras “coloniale” y “rurale”- se asocia a la intención de Renault, que lo diseñó para ser utilizado en las colonias francesas de África y Asia. Está equipado con el “célebre motor 85” de gasolina de cabeza de flecha, 48 CV a 2.800 RPM, con 2.383 cc y válvulas laterales, y con una caja de cambios de cuatro velocidades. Alto y espacioso, sirvió durante mucho tiempo como taxi en Lisboa.

La restauración de este ejemplar duró cinco años. Colorale fue completamente desmontada, todos sus componentes fueron recuperados, y luego cuidadosamente ensamblados. Las muchas piezas de repuesto guardadas por el antiguo propietario facilitaron la restauración. “Esta acción precavida de mi padre ayudó mucho en la sustitución y recuperación de piezas y piezas en la restauración. Las pocas piezas que no pudimos reemplazar con el stock doméstico fueron confeccionadas o rehechas por hábiles torneros mecánicos. Lo más difícil, sin embargo, fue soportar el largo tiempo del proceso de restauración y la ansiedad de verla de vuelta a la vida”, comenta Cezar.

La Renault Colorale Prairie 1951, que se utiliza regularmente para paseos, ya no sale de la familia Maciel.   Pedro, hijo de Cezar, que ayudó al padre en la restauración, también ya es adepto del antigomobilismo y está comprometido con la misión de conservar el carro del abuelo con mucho celo.   Lo mejor del antigomobilismo es esto: la historia que cada vehículo lleva consigo.

Fotos: Eduardo Scaravaglione

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Irineu Guarnier Filho es brasileño, periodista especializado en agronegocios y vinos, y un entusiasta del mundo del automóvil. Trabajó 16 años en un canal de televisión afiliado a la Red Globo. Actualmente colabora con algunas publicaciones brasileñas, como Plant Project y Vinho Magazine. Como antigomobilista ya escribió sobre automóviles clásicos para blogs y revistas brasileñas, restauró y coleccionó automóviles antiguos.