Clásicos • 04 Jun 2023

O extraordinário Fiat 500 Spiaggina de Gianni Agnelli

Gianni Agnelli, el ex presidente de Fiat, era indiscutiblemente un icono de estilo, con el reloj apretado sobre la manga de la camisa, la corbata corta y los mejores trajes italianos hechos, por supuesto, a medida. Su fuerte personalidad y su agudo sentido estético no “permitían” a Agnelli conducir meros automóviles de producción, fueran ellos Fiat o Ferrari – tendrían que ser únicos.

Siendo algunas de las piezas más conocidas de su garaje el Lancia Delta Integrale Spider, el hermoso Ferrari Testarossa Spider y el Ferrari 375 America, no se podría afirmar que alguno de ellos encarnara fielmente uno de los lados que mejor caracterizaban el estilo de vida del industrial italiano: ocio y diversión.

Para servir de base a un modelo que correspondiera a tal modo de vida, el elegido por Agnelli fue el mayor éxito y orgullo de la marca: el Fiat 500, más precisamente el Fiat 500 Jolly. Con su encanto italiano, era el modelo perfecto para el diseñador Mario Boano, del estudio Carrozzeria Ghia, basarse y crear dos exclusivos “Spiaggina”, siendo el segundo un regalo de Agnelli para su amigo y magnate griego Aristóteles Onassis, y que llevaba años desaparecido. Sin embargo, para deleite de los entusiastas, el Spiaggina de matrícula TO259879 reapareció décadas después de ser visto por última vez en un garaje en el norte de Italia.

Una vez visto con atención, son evidentes los apuntes que expresan los gustos de Agnelli. El chasis alargado y el acabado en madera a todo su alrededor le dan un aire casi anfibio, siendo posible incluso invocar una inspiración en las famosas embarcaciones de recreo Riva.

La Spiaggina de Agnelli ha tenido una vida llena de ocasiones memorables y seguramente habrá presenciado conversaciones imperdibles, emociones, miradas de quien tuvo el privilegio de acompañar a su propietario en los varios paseos por la Riviera Francesa, donde su dueño lo guardó, en la famosa Villa Leopolda.

Aunque indudablemente exclusivo, y espejo del estilo de vida para el cual fue concebido, este Spiaggina posee una simplicidad que contrasta con la grandeza e importancia de aquellos que en él se sentaron, como Winston Churchill o Aristóteles Onassis. Esa es la actitud del Fiat 500, ya sea salido de la línea de producción o (casi) único como el automóvil personal de Agnelli: no le interesa el nombre de quien transporta. Su único propósito es proporcionar alegría y diversión medida probablemente en sonrisas por kilómetro.