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Ciertos acontecimientos, totalmente inesperados, resultan ser más eficaces que cualquier campaña publicitaria. El atentado contra el General de Gaulle el 22 de agosto de 1962 fue uno de esos acontecimientos. El beneficiario de esta publicidad, un automóvil, cuyas cualidades ya eran reconocidas unánimemente: Citroën DS.
La firma de los acuerdos de Evian en 1962, por los que Francia reconocía la independencia de Argelia, poniendo fin a ocho años de guerra colonial, valió al Presidente francés de la época, el General De Gaulle, una gran hostilidad por parte de los defensores de la Argelia francesa, en particular los miembros de la OAS (Organisation Armée Secrète), organización radical responsable de una serie de operaciones violentas tanto en Francia como en Argelia. Una de esas operaciones: un atentado contra el presidente francés…
El 22 de agosto de 1962, el presidente Charles de Gaulle, su esposa y su yerno, salen del palacio del Elíseo a bordo de un Citroën DS 19, seguido por otro DS tripulado por dos policías y un guardaespaldas, bajo la escolta de dos motocicletas de Gendarmerie.
Cuando los dos Citroën y las dos motos llegan a la localidad de Clamart, un grupo de 12 hombres de la OAS abre fuego contra el DS presidencial, perforando dos neumáticos. Mientras que el yerno de De Gaulle grita para que éstos se bajen, el conductor, Francis Marroux, pisa el acelerador consiguiendo mantener la trayectoria y huir de la zona de tiro.
Pero el atentado no terminó. He aquí que otro Citroën, un ID 19, se lanza en una persecución al DS del general, colocándose entonces entre los dos DS de la presidencia. Varios disparos son disparados, pero una vez más, ninguno alcanza a los ocupantes. La identificación de los atacantes termina por desistir y cesa la persecución. El atentado de la OAS fracasó…
Con cerca de 14 balas en el Citroën DS (prácticamente de serie y sin blindaje) y dos neumáticos pinchados, el conductor logró acelerar, salir de la trampa sin perder el control y aún escapar a otro atacante! Un resultado así no habría sido posible con otro automóvil, ya fuera un Mercedes-Benz o incluso un Rolls-Royce. Es que la solución técnica que permitió al conductor mantener el control es una especificidad Citroën: el sistema hidráulico. La suspensión y la dirección, exclusivas del DS, fueron decisivas para este seguir viaje con dos neumáticos pinchados y evitar un resultado trágico, sin menospreciar la sangre fría del conductor, igualmente decisiva.
Tras una persecución de varios días, los autores del atentado fueron detenidos y condenados. El General De Gaulle permaneció fiel al DS hasta el final, habiendo dejado la presidencia en 1969 y fallecido al año siguiente. El Citroën DS continuó su producción hasta 1975 y el sistema hidráulico se fue perfeccionando hasta principios del siglo XXI.
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