Cuando Portugal engañó al Papa con un Rolls-Royce

Clásicos 04 Ago 2023

Cuando Portugal engañó al Papa con un Rolls-Royce

Si por estos días el Papa Francisco se hace mover en el ya popular Toyota y en su habitual Mercedes, hace medio siglo la historia era un poco diferente. El Rolls-Royce Phantom III de 1937 de la colección del Museo de Caramulo guarda grandes historias, pues antes de figurar en esta colección, estuvo al servicio de la Presidencia de la República, habiendo transportado a las figuras de estado más grandes que visitaban Portugal mientras este estuvo en servicio.

Producido de 1936 a 1939, en 710 unidades, fue el último Rolls-Royce de lujo fabricado antes de la guerra y también el único V-12 de la marca hasta entonces.

Con vistas a la recepción en la visita de la Reina Isabel II a Portugal (febrero de 1957), el Presidente de la República, General Craveiro Lopes, decide adquirir un Rolls-Royce descapotable. Es para ello enviado a Inglaterra Harry Rugeroni, que no consigue comprar, en nuevo, el deseado modelo, optando por la solución de aprovechar el antiguo Rolls-Royce, del Príncipe de Berar, que habiendo regresado a Londres, en 1950, había sido purgado de todas las fantasías del noble indio.

El príncipe había comprado este ejemplar en 1937, habiendo encargado a Windovers una carrocería especial, tipo Cabriolet, adaptada y repleta de accesorios para la caza como faros, portaarmas, estribos y todo lo demás, que acabaron por transformar esta linda carrocería, pintada de blanco, en un coche exótico e inusual.

El 28 de marzo de 1957 recibió la matrícula DD-30-92, pasando a estar al servicio de la Presidencia de la República, habiendo transportado personalidades como el Presidente Eisenhower y los Papas Pablo VI y Juan Pablo II.

Durante la visita del Papa Pablo VI a Portugal, éste expresó que no deseaba ser transportado en un Rolls-Royce, alegando que éste era un automóvil muy ostentoso, situación que no le sentaba muy bien a un líder de la Iglesia Católica.

El Estado portugués no quiso decepcionar a Su Santidad, pero no habiendo otro automóvil para este tipo de servicio fue obligado a emplear el Rolls-Royce Phantom III en la misma, desvirtuándolo con la sustitución de su símbolo por la bandera del Vaticano y su parrilla pintada de negro, incluyendo el logotipo que esta ostenta al frente – detalles que podemos observar en la galería que acompaña este artículo.

La visita del Papa era muy corta y no siendo él también especialista en automóviles, todo salió bien. El Estado portugués satisfizo así la voluntad del Papa, sin que éste se diera cuenta de que había estado dentro de un Rolls-Royce durante todo el tiempo.

Vea abajo la galería de imágenes del pasaje del Papa Pablo VI por Portugal en el Rolls-Royce Phantom III.

 

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