Foto: Elvis Presley y su BMW blanco

El primer automóvil de Elvis en Alemania fue un Volkswagen que acabó por ofrecer a su instructor de karate, Jurgen Seydel. Sin embargo, en diciembre de 1958, Elvis Presley decidió que quería un BMW 507.

El automóvil fue alquilado a BMW Glöckler – de hecho, era usado y Elvis lo sabía, pues había sido conducido piloto Hans Stuck. Sin embargo, a la estrella de rock le aseguró el Sr. Glöckler que “el coche había sido muy bien conducido por el Sr. Stuck”.El precio parecía muy razonable – el equivalente a 3750 dólares (alrededor de 3400 euros en conversión directa), en lugar de los 7160 dólares (aproximadamente 6500 euros) por un automóvil nuevo. Sin darse cuenta del contrato escrito en alemán, Elvis pensó que estaba comprando el BMW. Más tarde, y para su propia sorpresa, llegó a saber que era solo un alquiler y que tendría que devolver el coche cuando saliera de Alemania. Así, BMW utilizó el valor promocional por Elvis conducir su ejemplar, mientras que éste tenía que pagarlo.

Elvis recibió las llaves del automóvil en vísperas de Navidad, el 21 de diciembre de 1958, en una especie de ceremonia en presencia de Uschi Siebert, una antigua Miss Hessen y entonces conocida personalidad de la televisión. Una docena de fotógrafos y periodistas documentaron la escena – no se sabe con certeza cuando tomó posesión del automóvil, pero habrá sido en los días siguientes, después de una revisión mecánica y cambio de matrícula.

El BMW 507 blanco causaría muchos problemas a Elvis, con algunas fans escribiendo por la carrocería diversos saludos, dejando números de teléfono y dedicatorias a lápiz labial, a menudo difíciles de eliminar por completo. En agosto de 1959 Elvis cambió el BMW blanco por el BMW Glöckler por un 507 rojo que conduciría hasta octubre del mismo año.

Esta es otra de las muchas curiosidades que podemos encontrar en la relación entre los coches y las estrellas de las más variadas artes. Es, también, el embalo perfecto para bajar la capota al final de estas tardes de verano y, quizás al sonido del Rey del Rock, conducir nuestros clásicos por esas carreteras fuera.