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El Citroën 2CV fue uno de los automóviles más destacados de su época y en la historia de la marca francesa. Comenzó a desarrollarse a finales de los años 30, con la denominación TPV, como un automóvil destinado a la población rural francesa con pocas posibilidades. El Citroën TPV estaba listo para comenzar la producción en 1939, pero esta se retrasó con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Durante ese período, muchos de los prototipos del TPV fueron destruidos, incendiados y escondidos, para no ser descubiertos por los Nazis.
Tras el final de la Guerra, el proyecto se reanudó y rediseñó. La carrocería de aluminio se sustituyó por una de acero y se realizaron otros cambios para que el automóvil fuera más fiable, práctico y barato. En el lanzamiento, la recepción no fue la mejor, pero el público objetivo lo acogió muy bien. El Citroën 2CV tenía espacio para cuatro ocupantes, pudiendo alcanzar los 60 km/h, con una suspensión que resistía a las malas carreteras rurales y a pequeñas incursiones fuera de carretera. La producción tuvo que aumentar constantemente para responder a los pedidos, ya que llegó a haber cinco años de espera y los modelos usados se vendían más caros que los nuevos.
El Citroën 2CV tenía una buena altura al suelo, suspensión independiente en la parte delantera y trasera, un consumo de combustible bastante bajo y un motor de dos cilindros opuestos, de 375cc y 9cv, 425cc y 12cv, 435cc y 24cv y, por último, 602cc y 29cv, todos refrigerados por aire, con un mantenimiento muy simple. La capota estaba hecha de materiales impermeables y se podía recoger para transportar objetos más grandes. Más de cinco millones de unidades fueron construidas de 1948 a 1990, siendo que de 1988 a 1990 fue producido en Portugal, en la fábrica de Mangualde, con el último 2CV a salir el 27 de julio de 1990.
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