Clásicos • 04 Jul 2023

Al elegir “Avantime” como designación para un nuevo concepto de monovolumen, el departamento de marketing de Renault ciertamente no imaginaba que este coche sería un clásico antes de tiempo, haciendo aún más honor al nombre.
De hecho, son pocos los coches del siglo XXI que ya pueden pretender un estatuto de clásico o incluso pre-clásico. Pero quizás por ser tan inusual como innovador, el Renault Avantime, ya merece el interés de los coleccionistas.
Las líneas y la arquitectura tan iconoclastas de este coupé/monovolumen pueden hacer preguntarse sobre lo que se habrá pasado en las cabezas de los dirigentes de Renault para comercializar un coche de estos. ¿No podían hacer un cupé como los otros? ¿O si quisieran hacer un vehículo más lujoso, no podían simplemente sustituir el viejo Safrane con una Berlina de cuatro puertas inspirada en las producciones germánicas? Poder podían… pero el razonamiento fue otro y al contrario de lo que se podría pensar, fue bastante racional y fruto de un análisis sociológico (aunque algo empírico).
El pliego de condiciones de Avantime apuntaba a las parejas que ya habían utilizado Espace para los largos viajes en familia, para ir de compras, para llevar a los niños a la escuela durante la semana, para transportar las bicicletas el fin de semana… y que, años más tarde, vieron a los hijos ya crecidos salir de casa, al mismo tiempo que ya habían alcanzado un cierto poder adquisitivo. liberados de sus responsabilidades parentales (¡y del crédito vivienda!), deseosos de reencontrar el espíritu anticonformista del mayo de 68 de sus juventudes, pero sin renunciar al confort y habitabilidad del Espace, estarían entusiasmados con un vehículo que permitiría resolver tal ecuación, al menos esa fue la apuesta de Renault.
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