Archivos • 01 Abr 2023
El Circuito de Vila do Conde recibió la primera prueba en septiembre de 1931, pero serían necesarias dos décadas de interludio hasta que la competición automovilística regresara para una segunda edición en suelo villa-condense. Estableciéndose, en poco tiempo, como uno de los más emblemáticos circuitos citadinos del país, el trazado de la “Princesa del Ave” partía de la Av. del Brasil, en la que se encontraban las boxes, en dirección a la denominada “Curva do Mar” (referencia al Restaurante Mar-a-Vista, allí próximo), siguiendo después por la Av. Sacadura Cabral, pasando por los “Esses do Jardim” (Jardim Júlio Graça) y, posteriormente, por la Av. Júlio Graça en dirección a la curva del “Fluvial” (Club Fluvial Vilacondense). Desde allí, el trazado continuaba sobre la Júlio Graça hasta la chicane de la “Curva da Seca” (del Bacalhau), cerrando después de la “Curva do Castelo” (Forte de S. João Baptista), nuevamente en la Av. de Brasil.
El año 1965 marcó la décima edición del circuito automovilístico de Vila do Conde, siendo promovida y organizada por el Estrela y Vigorosa Sport con el apoyo del ACP, siendo disputadas la “Copa Comisión de Turismo de Vila de Conde”, para automóviles de turismo y “Copa Ayuntamiento de Vila do Conde” para automóviles de gran turismo. La variedad de modelos inscritos prometía un espectáculo digno y repleto de competencia reñida.
Las pruebas tuvieron lugar los días 28 y 29 de agosto. En la sesión de entrenamiento y calificación, Aquiles de Brito al volante del Ferrari 275 GTB número 39, aseguró el liderazgo de la primera fila al día siguiente, al establecer un promedio de 132 km/h, con la mejor vuelta del Ferrari al circuito a figurar en 1.18,98s. Carlos Gaspar tomó la segunda posición de la parrilla al volante de un Lotus Elan, con un promedio de 130,5 km/h.
El día de la prueba asistió a la llegada de cerca de 20.000 entusiastas espectadores al Circuito de Vila do Conde. Siendo uno de los grandes eventos del final del verano, la excelencia de las condiciones meteorológicas del 29 solo ayudó a que la competencia pudiera contar con un público cautivo. El trazado, fluido y rápido, había recibido mejoras y, aunque aún se mantenía la cuestión del Empedrado en la Av. Sacadura Cabral, el cual traía problemas de adherencia, y el piso incierto en la Av. Júlio Graça junto a la “Curva de la Sequía”, zona en la cual un despiste podría fácilmente significar un violento chapuzón en el Ave o una visita indeseada y extremadamente peligrosa a los secaderos del bacalao, la ya considerable experiencia de la mayoría de los pilotos inscritos permitía anticipar un dominio de la habilidad sobre los desafíos técnicos.
En la prueba de turismo, de los 14 competidores inscritos, 12 alinearon a la partida y dos acabaron por no concluir, en particular Francisco Santos, el entonces segundo clasificado del Campeonato Nacional de Conductores y Francisco Marques Pinto. Santos desistió debido a una avería y Marques Pinto fue forzado a abandonar en el seguimiento de un despiste (ya después, sin embargo, de haber marcado la vuelta más rápida de la clase y establecido una media de 126,6 km/h). La victoria vendría a pertenecer a Manuel Gião, piloto oficial de Austin de J.J. Gonçalves, el cual terminó la prueba en 42m56s con un promedio de 121,8 km/h, seguido de José Aierpmal, Emídio Vilar Gomes y Alfredo César Torres, el líder de la tabla del Campeonato Nacional de Conductores.
Ya en la categoría gran turismo, la palabra de orden del día fue “desistimiento”. Solo 7 de los 14 inscritos a la partida cruzaron la meta. Sin embargo y a pesar de ese hecho, la prueba no dejó de proporcionar batallas interesantes, con los Elan de João Vaz Guedes y Carlos Gaspar a recuperar, en las curvas más lentas, el terreno perdido para los gigantes 275 GTB y 300SL. El favorito al principio, Aquiles de Brito, terminó incluso por prevalecer, tomando la victoria al volante del bellísimo Ferrari que deleitó al público a lo largo de todo el fin de semana, estableciendo un promedio de 124,6 km/h en el transcurso de las 35 vueltas del evento. Aquiles de Brito fue seguido por Américo Nunes (Porsche 356B 2000GS Carrera GT), João Vaz Guedes (Lotus Elan), Carlos Santos (Alfa Romeo SS) y José Luís Lickford (Mercedes-Benz 300SL Gullwing).
La siguiente edición, en 1966, marcaría una nueva victoria de un Ferrari en Vila do Conde, con el honor de cruzar la meta en primer lugar a pertenecer a António Peixinho con su extraordinario 250 LM.
Imágenes: Delcampe