Archivos • 24 Set 2023

Los automóviles son sin duda una parte de nuestra vida. Para los usuarios, amantes o curiosos, son estas máquinas las que nos atan la mirada con fascinación. Hay automóviles que son clásicos toda la vida debido a su exclusividad. Y hay individuos exclusivos que tocan a las personas como nadie. Hoy les hablo brevemente de un icono nacional, y su pasión por la exclusiva. Para muchos un rey sin corona, para otros un hito en el fútbol, Eusebio es sin la menor duda una figura ineludible de la historia nacional.

Si dentro del campo Eusebio brillaba, también fuera de las cuatro líneas dejaba su marca. En un tiempo en que los grandes jugadores no gozaban de una vida propiamente muy rica, Eusebio fue el feliz propietario de varios automóviles en la metrópolis y más allá del mar. De estos, es de destacar el modesto Ford Taunus y el Ford Mustang lleno de adrenalina.
Probablemente el factor más distintivo de Eusebio era su gusto por la SAAB, la marca sueca. Según relatos, Eusébio fundó un concesionario en la localidad de Benfica, en colaboración con Dantas de Barros, representante oficial de la marca en territorio nacional.

Bien conocido por muchos, el automóvil que acompañó a Eusebio durante muchos años fue el inusual SAAB Sonett. Hoy, es un clásico, pero lleno de historia. El gusto inusual de Eusebio también se extendía a las cuatro ruedas. La elección de un modelo deportivo, inusual y especialmente amarillo, fue garantía de captar la atención. Se sabe que hoy el clásico en cuestión está en manos de un coleccionista afortunado. Me complace observar la preservación de este y otros fragmentos de historia nacional.
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