Snapshot: Monte Carlo al estilo de Le Mans

En 1965 el equipo oficial de Porsche decidió participar con dos automóviles en el Rally de Monte Carlo. Uno de ellos, entregado a Peter Falk y Herbert Linge, fue el recién homologado modelo 911 que se estrenó aquí en el mundo de la competición. En una apuesta más audaz pero no carente de razón, el otro coche del equipo era un poco común Porsche 904 GTS .

Este modelo, con motor central y carrocería de fibra de vidrio, había sido pensado para las pruebas de circuito del Campeonato Internacional de Marcas, habiendo demostrado ser capaz de alcanzar excelentes resultados en las 24 Horas de Le Mans.

Para este rally sería entregado al antiguo piloto de la Mercedes Eugen Böhringer, acompañado por su habitual navegante, Rolf Wütterich.

La apuesta de Porsche sería vencer a la competencia de los rallys con un “Gran Turismo” de circuito, en caso de que la nieve esté ausente o sea poco intensa.

Pero la edición de 1965 del rally de Monte Carlo se disputaría incluso sobre un hermoso manto blanco, frenando las aspiraciones de Porsche y permitiendo que el BMC Mini Cooper S de Timo Makkinen fuera el primero entre los 237 inscritos.

Ligero y muy fácil de pilotar, con motor y tracción delantera, el Cooper S era el arma ideal para los tramos sinuosos y cubiertos de nieve, típicos de esta prueba.

Sin embargo, el resultado no fue malo por los lados del equipo de Zuffenhausen: el nuevo Porsche 911 se clasificaría en un honroso 5º puesto de la general y el “Porsche de Le Mans” de Eugen Böhringer conseguiría un excelente y de algún modo inesperado segundo lugar de la clasificación general.

Curiosamente, a pesar de haber sido campeón de Europa de rallys en 1962, Eugen Böhringer nunca logró ganar en Monte Carlo. Pero anduvo cerca, siendo esta la tercera vez que el alemán concluyó la prueba en el segundo lugar absoluto, repitiendo el resultado que ya había alcanzado en las ediciones de 1960 y 1962, entonces al volante de los enormes Mercedes 220 SE.

Imagen en color de Ricardo Grilo