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Lancia Rally 037: Los 40 años de un logro inolvidable
El 7 de octubre de 1983 representa una fecha verdaderamente memorable para la marca Lancia, un día indeleble a los ojos y a los corazones de todos los entusiastas del automovilismo: el Lancia Rally 037 triunfa en el Rally de Sanremo y asegura, a dos rallys del final de esa época, el quinto título de Campeona del Mundo de Constructores de su historia.
Un hecho sorprendente en un escenario con toda “firma” de la marca italiana, que colocó cuatro automóviles en las cinco primeras posiciones: Markku Alén, Walter Röhrl y Attilio Bettega en los lugares del podio, y otro joven, de su nombre Massimo ‘Miki’ Biasion a terminar en quinto lugar al volante de un Lancia Rally 037, del equipo Jolly Club.
Una verdadera proeza, teniendo en cuenta los valores técnicos y la potencia de los coches de la competencia: a diferencia de sus adversarios, que ya contaban con un sistema de tracción integral, el Rally 037 todavía poseía una configuración en la cual la potencia era solamente transmitida a las ruedas traseras. Como era de esperar, cuatro décadas después, este sigue siendo un logro irrepetible en la historia de la competición.
Esa victoria en San Remo marcó el comienzo de una era de oro para el modelo: en muy poco tiempo, el Lancia Rally 037 logró encantar a millones de fans en todo el mundo. Además del Campeonato Mundial de Rallys – Constructores, ganó el segundo lugar en el Campeonato Mundial de Rallys – Pilotos con Walter Röhrl y los Campeonatos Europeo e Italiano de Rally con ‘Miki’ Biasion, piloto que, poco tiempo después, también compitió bajo la insignia del equipo oficial Lancia Martini.
La historia del Lancia Rally 037: pura excelencia
El estreno oficial tuvo lugar en 1982, en la 59ª edición del Salón del Automóvil de Turín, con la presentación de la versión de carretera. Con 205cv, un carburador de doble cuerpo y sobrealimentación a través de un compresor volumétrico, el modelo había sido concebido en la expectativa de integrar el mundo de los rallys. Para obtener su homologación como coche de competición para el entonces Grupo B, se produjeron las obligatorias 200 unidades.
El Lancia Rally, más conocido por la designación “037”, era en verdad un puro deportivo en todos los detalles: sus formas audaces funcionales, tanto en la parte delantera como en la trasera, en forma de cáliz angular que lo convirtieron en un icono de los rallys. Se basaba claramente en el Lancia Beta Montecarlo, un coupé compacto de motor central con un toque deportivo característico de los años 70. Partiendo de esta base, todo en el Lancia Rally 037 contribuyó a su espíritu deportivo, desde su estilo agresivo a su carácter brutal y eficiente. El interior minimalista y racional era la quintaesencia de la competencia, mientras que algunos de los “apéndices” aerodinámicos en el pilar y la parte posterior – incluyendo un impresionante alerón trasero – elevaban aún más su rendimiento.
El espíritu indomable de su estructura mixta original fue equipado con toda clase, debido a su carrocería a la vez agresiva y elegante, capaz de producir una carga aerodinámica significativa contra el suelo. Para una eficacia máxima, estaba fabricada en poliéster con refuerzos de fibra de vidrio, mientras que los dos capots de muy bajo peso, sobre el motor y el maletero, podían ser completamente desmontados.
Esta unión muy equilibrada de dos espíritus tan diferentes, que ya se encontraban en el legendario Stratos, hizo del Lancia Rally 037 uno de los nueve automóviles icónicos de la historia de la marca que inspiraron modelos futuros, comenzando por el Lancia Pu+Ra HPE, el manifiesto de la marca para los próximos 10 años, en el que podemos de hecho encontrar un diseño con una constante interacción entre pureza y radicalidad que recuerda fuertemente la esencia del Lancia Rally 037.