Ferrari 308 GTB: La hermosa cuña de la casa de Maranello

Elliott Scherling creció en un lugar donde los coches deportivos apenas existían. Pero cuando se mudó a Los Ángeles para continuar sus estudios encontró una nueva realidad, una en la que las exóticas importaciones europeas eran vislumbradas diariamente.

Scherling admiraba uno en particular, un Fly Yellow 365 GTB/4, que se encontraba en el garaje del complejo de apartamentos en el que vivía. Fue el automóvil más hermoso que Elliott haya visto, y el Daytona de ese vecino hizo que se decidiera a adquirir un Cavallino rampante.

Poco después decidió que su Ferrari sería un 308 GTB. Al igual que el Daytona amarillo, el 308 GTB azul hizo portada de la edición de diciembre de 1976 de la revista Road & Track, y este era un automóvil diferente de lo que ya había visto. A finales de la década de 1970, Elliott cumplió su objetivo y se convirtió en propietario de un 308 GTB de 1978.

La pasión inquebrantable de Elliott por el automóvil que posee y mantiene desde hace más de cuarenta años es compartida por su hijo Joshua, quien, aunque disfruta del 308 como una máquina, disfruta aún más de la conexión que éste crea entre él y su padre.