Archivos • 09 Mai 1996

Los coches contemporáneos son tan similares entre sí que a veces el laico solo consigue distinguirlos por un detalle: el nombre pegado en alguna parte de la carrocería. Exageraciones aparte, la verdad es que el lettering, o que nombre tenga el conjunto de letras y números que identifica los modelos, es un aderezo llamativo en cualquier automóvil – de ayer y de hoy. Un rasgo muy particular de su personalidad. Su firma – personal e intransferible.
Las insignias de identidad no se confunden con las insignias de los fabricantes. Estos son generalmente símbolos estilizados, figuras de animales o logotipos, como la estrella de tres puntas de Mercedes o la grabadora de mariposa de GM. Estas letras y números han cambiado mucho con el tiempo. Eran más rebuscadas en los coches de antiguamente, imitando a veces la caligrafía o la tipografía de la época; son más despojadas de serifas o exotismos gráficos en los vehículos de hoy. Pero siguen cumpliendo un papel importante: son el “certificado de bautismo” de cada automóvil.
El fotógrafo brasileño Eduardo Scaravaglione, especialista en vehículos clásicos, registró en un hermoso ensayo fotográfico la evolución y diversidad de esos aderezos.
Fotografías: Eduardo Scaravaglione