Citroën Traction Avant, un nombre que se forjó a partir de la innovación

Archivos 03 Nov 2023

Citroën Traction Avant, un nombre que se forjó a partir de la innovación

Por Edgar Freitas

El Citroën Traction Avant es un icono de la industria del automóvil que ha deslumbrado desde su primera aparición. Habiendo sido producido durante 23 años, entre 1934 y 1957, fue sin duda alguna, un símbolo de la calidad, robustez y resiliencia de la industria francesa, que se recuperaba de los largos años de guerra.

Su nombre oficial se refiere a la tributación de la potencia impuesta por el gobierno francés de la época. De este modo, el Traction Avant fue vendido con 7, 11 y 15 CV. No son de hecho nombres propios de la majestuosidad de este innovador automóvil, que aún hoy ostenta en Francia el cariñoso título de “Reine de la Route” o reina de la carretera. Hay que subrayar una vez más que estos valores no traducen directamente el valor de la potencia en caballos, sino la clase por la que eran gravados.


Sin embargo, las cifras reflejan las crecientes actualizaciones del modelo en relación con los motores. Así, los motores que equiparan el Traction Avant variaron desde el más económico 1.3 litros de cuatro cilindros, al más potente 2.9 litros de seis cilindros en línea. Una versión más potente, denominada 22CV, fue abortada, siendo que tendría un V8 de 3.8 litros de cilindrada. Solo un prototipo fue producido de este modelo.

Traction Avant fue bastante innovador, cosa que Citroën ya desde temprano valoraba en sus automóviles. Fue el primer automóvil producido en masa con una carrocería monobloque y tracción delantera, característica que le valió el nombre para la posteridad. Su desarrollo estuvo a cargo del prestigioso André Lefèbvre. Este último, fue invitado personalmente por André Citroën, teniendo en su currículo trabajos en el área de la ingeniería de la aviación, piloto de carreras automóviles y colaborador en la propia Renault.

La tracción delantera tenía ventajas evidentes, empezando por el mayor equilibrio de las masas y mejorando así la estabilidad y el confort de los pasajeros. Siendo las ruedas motrices las delanteras, también la adherencia a la carretera era mejorada y la seguridad del mismo modo incrementada.

La suspensión independiente a las 4 ruedas, los asientos acolchados y su sobriedad de conducción, hicieron de este coche probablemente el más cómodo del mercado europeo hasta la producción del mítico Déesse en 1956. Por lo menos, podemos decir que el testimonio del confort fue tremendamente bien entregado a su sucesor.

Probablemente muchos han conocido este modelo todavía como «arrastradera». El diseño de este clásico fue también innovador en 1934, resistiendo la erosión natural de los conceptos de elegancia y belleza.


Este clásico no era del todo accesible a las masas, pero fue ampliamente apreciado por los más distintos sectores de la sociedad durante su larga vida. Inicialmente adquirido por clientes adinerados y diplomáticos, rápidamente fueron solicitados por la Gestapo y la resistencia francesa. Su robustez aún hoy puede ser apreciada. En el período de la posguerra, era el automóvil de elección de la mafia francesa.

Una curiosidad interesante, es que hasta 1953, solo se ofreció el color negro. En 1954 fue equipado con la magnífica suspensión hidroneumática, solo disponible en las ruedas traseras.

Desde los más ricos, la Gestapo, la Resistance y la mafia, también el propio presidente Charles de Gaulle utilizó el Traction Avant como vehículo oficial. Honestamente, no recuerdo un automóvil que haya experimentado un uso tan amplio y dispare, y que haya sido apreciado por todos por igual.


Al igual que otros grandes iconos de automóviles, Traction Avant también tuvo presencia en los cómics y, posteriormente, en las animaciones. Obviamente hablo de las aventuras de Tintín, siendo el coche de elección de los villanos.

Junto con la popularidad de Traction Avant, la calidad de los chocolates belgas Côte d’Or y la fantasía de Tintín, tenemos un cóctel de nostalgia como se muestra a continuación.



Pocos clásicos alcanzan el nivel de excelencia que tan elegantemente ha logrado Traction Avant. Su larga carrera, sus innovaciones y su carisma muy propio, dictaron la consagración de este automóvil como un clásico por excelencia. Citroën sustituyó el Traction Avant por el Déesse, dando continuidad al legado.

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