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Atrás quedaron los tiempos en que los automóviles eran transformados con fines publicitarios, en una asociación a determinada empresa que los hacía sobresalir en nuestras carreteras. En los últimos ejemplos, nos encontramos con los inolvidables Volkswagen New Beetle y los MINI que llevan las famosas latas de Red Bull.
Sin embargo, en tiempos pasados, era muy común que asistiéramos a la transformación completa de automóviles o furgonetas para uso específico de una empresa, como es el caso de esta Ford F-100, transformada específicamente para la marca de helados Good Humor.
La idea surgió de Harry Burt, fundador de Good Humor hace más de un siglo que, en lugar de esperar a que los clientes acudieran a él, decidió llevar la marca con ellos. De esa forma, Burt adquirió una docena de camionetas Ford, les quitó la caja de carga y aplicó en su lugar un gran congelador. En el frente, instaló aún cuatro campanas, para poder tocar de forma a que los clientes supieran de su presencia. Como curiosidad, Good Humor es conocida en Portugal por la marca Hello.
A pesar de que Burt falleció en 1926, su idea se mantiene hasta nuestros días, y la compañía fue renovando la flota de automóviles, pero siempre siguiendo el diseño original. En 1973 fueron construidas las últimas camionetas específicas para la marca, siendo posteriormente vendidas a precios bajos y en su mayoría permaneciendo con sus conductores que continuaban operando las camionetas de forma independiente.
A lo largo de los años, las camionetas de Good Humor han atraído la atención de los coleccionistas, como es el caso de esta Ford F-100 de 1956. Se observa que las modificaciones incluyeron modificaciones en la cabina, quedando solo un lugar para el conductor.
Ha sido totalmente restaurada y ha estado expuesta en el Gateway Automobile Museum desde 2003. Está equipada con un motor de seis cilindros en línea de 3,7 l de cilindrada, acoplado a una caja manual de tres velocidades.
A pesar de que su sistema de congelación no está operativo, lo que no es de extrañar debido a su edad, se vendió en una subasta de Hagerty el pasado 9 de agosto por casi 67.000 dólares, unos 62.700 euros.
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