Alfa Romeo Spider V6 3.0, agresivo y sofisticado

Archivos 13 Dez 2023

Alfa Romeo Spider V6 3.0, agresivo y sofisticado

Por Hélio Valente de Oliveira

El Alfa Romeo Spider V6 3.0 me recuerda al tema “Misty Mountain Hop” de Led Zeppelin. Duro y agresivo, pero al mismo tiempo, sofisticado, algo erudito y elegante.

Comparado con el excelente Spider 2.0 Twin Spark, todavía pensaba sentir el peso del propulsor en la parte delantera, tal vez comprometiendo la precisión de la inserción en curva. Si está ahí, no puedo sentirlo.

Motores potentes y tracción delantera nunca han sido parte de mi receta para conducciones atractivas, pero el 3.0 V6, aunque potente, no tiene un par abrumador. O más bien, es muy lineal y progresivo en la respuesta, a diferencia de la versión 2.0 V6 turbo comprimido.

Esto no transmite reacciones parásitas a la dirección y afecta negativamente a la calidad del experimento en su conjunto. Sin embargo, el ruido emanado por el motor es muy curioso, como explico más abajo y que la versión sobrealimentada carece.

El excelente Busso adquiere una dimensión, quizás por el hecho de estar montado en un coche abierto, y consigue transmitir a los ocupantes una sensación de impunidad respecto a los demás usuarios de la carretera en que circulamos.

El carácter aguerrido de este propulsor, que los aficionados de la marca conocen bien de otras aplicaciones, tiene en esta versión 3-litros una disponibilidad y una sonoridad de hacer crecer agua en la boca. Al mismo tiempo, esta impunidad se revela por la constante búsqueda de un pretexto para hacerle subir de régimen. La facilidad con que la velocidad sube es tal que da la sensación de que las reglas básicas de tráfico no se aplican.

Es el elemento que domina la experiencia, no fuera un Alfa Romeo. A bajos regímenes es melodioso, pero cuando se solicita el acelerador, emite un gorgolejar que hace recordar un V8! Cuando los caudales de aire se equilibran, por las 3800-4000 rpm, comienza la fantástica sinfonía… y es así curva tras curva, recta tras recta.

Es un auge de emoción, así como el tema de los Led Zeppelin, que se nota luego en los acordes o metros iniciales. Ponerlo en marcha es un placer. La sonoridad inicial da el lema para lo que pasa a continuación.

El embrague preciso permite ponerlo en marcha muy suavemente. Se nota también la relativa integridad de la estructura, considerada buena en la época, hoy quizás no tanto, pero aún así muy competente. El equilibrio es ejemplar en esta generación del Spider y aunque es una tracción, el tren delantero digiere con relativa facilidad los generosos 190cv. La suspensión trasera, una solución multilink, negocia todos los cambios de dirección con una competencia casi paradójica. Por muy bruto que sea el volante, la estabilidad de este Spider es muy por encima de la media.

En buen piso el comportamiento es extremadamente bueno, con buena adherencia y una agilidad inusual. ¡Se aprende muy rápidamente a confiar, es tan bueno como eso! Todo sin ayudas electrónicas y sin embargo bien. En la época éstas aún eran muy intrusivas, eran una constante interrupción a la linealidad. En esta generación se nota una cierta bonomía genéticamente inducida… es un producto muy bien nacido.

El interior está bien ejecutado y relativamente simple. Los bancos, MOMO forrados en piel, causan alguna extrañeza al principio, no por la calidad de éstos, sino por la posición de conducción. Al principio parece peculiar, pero con la habituación empieza a tener sentido… tal vez sea causada más por las proporciones de este Alfa que otra cosa.

Con dimensiones mayores que la referencia del sector, el Mazda MX-5, el Spider tiene más espacio interior, permitiendo una ambiencia más relajada. La organización del espacio es diferente, con los ocupantes más lejos del tablero y de las puertas. Hay más espacio para moverse dentro del automóvil… no es que sea muy importante en este tipo de automóviles, pero para un público menos experimentado es más “normal”, más en línea con lo que se espera.

Confieso que no encendí la radio, la asociación con el tema vino mentalmente, durante la experiencia en las carreteras en la zona de Miramar y, a posteriori parece tener cada vez más sentido. Desafío al lector a buscarlo, el tema, en cualquier sitio de la especialidad, para tener una idea de lo que estoy hablando. Después díganme…

P.S.: Para los que les gusta preguntar: “Pero este 3.0, es mejor que el Twin Spark, o el V6 turbo?” Podría decir que es diferente, pero la respuesta simple y directa es en rotundo SÍ, ¡es mucho mejor!

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