Archivos • 05 Jan 2023
Año tras año, el mercado del automóvil está inundado de nuevos modelos. Estos modelos, que intentan a toda costa innovar, para dar un sentido de exclusividad al consumidor final, el conductor. Al fin y al cabo, con más o menos atributos compartidos, los automóviles tienden a multiplicarse de modo que, de repente, todos parecen iguales y aburridos. Hay en el conocedor de clásicos una inspiración muy grande en buscar el único y el exclusivo.
Exclusivo y muy excéntrico es el parque automovilístico del agente especial más famoso de todos los tiempos, James Bond. Conocido por conducir los coches más avanzados de su tiempo, el agente 007 sorprendió a sus perseguidores con una innovación pionera y bastante ingeniosa!
También el mundo se sorprende por la audacia del agente Bond a bordo de su Lotus Esprit y sus capacidades subacuáticas. El hecho es, que la realidad a la que el espectador tuvo acceso, es muy diferente de lo que las filmaciones así evidenciaban. Lejos de la expectativa de un supercoche capaz de dominar los dos mundos (terrestre y marítimo), la verdad es que dos ejemplares bastante distintos fueron usados para la filmación de la película The Spy Who Loved Me. Quisiera subrayar lo «bastante distintos». Por un lado, se utilizó un Lotus Esprit S1, por el otro, un submarino que solo compartía la carcasa de fibra de carbono del automóvil antes mencionado.
El interior exquisito y de alta tecnología del Lotus Esprit S1 contrastaba en todo con la sencillez del submarino, apodado cariñosamente Wet Nellie. Esta designación se debía precisamente a que sus capacidades submarinas eran limitadas, pues este vehículo subacuático no era estanco, por lo que era necesario que su control se realizara con un buzo profesional, debidamente equipado con traje completo y botija, incluso dentro del sumergible.
Al entrar en el Wet Nellie encontramos un asiento para el conductor, las palancas que regulaban los timones, cuatro motores eléctricos y su respectiva batería eléctrica.
A pesar de que costó más de cien mil dólares fabricarlo, este clásico quedó olvidado en un contenedor prepago durante diez años, período tras el cual fue subastado por menos de cien dólares, según informes de prensa. Después de algunas exposiciones ocasionales por parte de su afortunado propietario, fue la atracción máxima en la subasta de RM Sotheby’s en 2013 en Londres, siendo rematado por 997 mil euros, casi a rasgar la marca del millón!
Solo un mes después de la subasta se conoció al comprador, prescindiendo de presentaciones, el excéntrico Elon Musk. En entrevista, Musk afirma tener planes concretos para mejorar las capacidades submarinas de este vehículo, así como hacer una actualización de los motores eléctricos por unos de la compañía Tesla Motors.
Toda la euforia inicial parece haberse desvanecido en los inmensos proyectos del magnate, siendo que la condición de este clásico deberá ser la misma desde la fecha de su adquisición en 2013.
La singularidad excéntrica del Lotus Esprit S1, apenas superada por su semejante Wet Nellie es motivo de grandes pasiones, evidenciadas por las sumas astronómicas que representan el deseo por algo realmente único, especial.