Archivos • 15 Mar 2023

Gran Premio de Portugal, 1986. Bernie Ecclestone, en ese momento jefe de equipo de Brabham, tuvo la idea de reunir a los cuatro carismáticos pilotos – Ayrton Senna, Alain Prost, Nigel Mansell y Nelson Piquet – para una fotografía en el muro del mítico Circuito do Estoril, antes del inicio de la carrera. De esta idea resultaron cuatro fotos peculiares, algunas versiones más conocidas que otras, que capturan las diversas perspectivas de este momento único.
La fotografía destacada es quizás la más conocida, un verdadero cuadro de leyendas que quedará para la posteridad, en una de las temporadas más destacadas de la Fórmula 1.

La segunda fotografía es una versión idéntica a la primera, salvo el hecho de que Piquet, en tono de broma, metió un dedo en el oído de Prost, provocando la risa de Mansell. Es una prueba de que, más allá de la rivalidad en la pista, estos pilotos mantenían una gran amistad y respeto mutuo.

Curiosa también es esta versión, desde una perspectiva de 180°, que nos brinda una idea de los “entretelones” de las otras fotografías.

Por último, la versión menos conocida de la fotografía, quizás debido a la peor composición o a la distracción de algunos de los elementos. Aun así, permite vislumbrar algunos detalles curiosos, como el gran apoyo en las gradas a los dos pilotos brasileños, la cura en la mano de Senna (consecuencia de las cajas de cambios manuales y direcciones de la época) o el zapato “para huir de la policía” que Alain Prost llevaba.
Aún hoy considerados por muchos como los mejores pilotos de la historia del deporte, fueron estos mismos hombres quienes ocuparon los cuatro primeros lugares en la clasificación de este Gran Premio, con la victoria de Mansell, seguido por Prost, Piquet y Senna.