Country Garage, el templo de los Mini en Japón

El Mini es un automóvil icónico de la industria británica, ideado por Sir Alec Issigonis, que estuvo en producción desde 1959 hasta 2000 sin grandes cambios de diseño ni conceptuales. Fue revolucionario en la forma de aumentar el espacio interior en un automóvil de dimensiones reducidas, ya que su motor se montó en posición transversal, la caja de cambios está montada en la parte inferior del motor y la tracción se realiza mediante las ruedas delanteras. Se considera el segundo automóvil más influyente de todos los tiempos, detrás del Ford Model T, ya que a partir de él varios fabricantes construyeron competidores con un diseño similar.

Obviamente, el Mini se convirtió en un ícono en el mundo de los clásicos, principalmente en el Reino Unido, pero también en todo el mundo. Japón no es una excepción, con muchos aficionados al pequeño automóvil británico.

Esto nos lleva a Country Garage, una empresa que se dedica principalmente a los Mini desde los años 60 hasta la actualidad, con decenas de ejemplares en el exterior. Está ubicada en la isla Shikoku, la más pequeña de las principales islas de Japón.

Country Garage fue fundada por Hideyoshi Nakayama, quien tiene una gran pasión por los Mini. En el exterior, tiene una amplia variedad de ejemplares en varios estados de conservación, que incluyen algunos modelos de competición. En el interior de su tienda, se pueden ver varias piezas de automobilia que adquirió en un viaje al Reino Unido.

Además de la automobilia, también tiene algunas motocicletas y dos Mini, uno de ellos muy especial. El Mini azul con la matrícula KEG 77 tiene el número de chasis 103, siendo así el Mini más antiguo en existencia. Según Nakayama, el Mini con el número de chasis 101 se utilizó para el desarrollo y las pruebas de impacto y ya no existe; el segundo, con el número de chasis 102, después de las pruebas a las que fue sometido, se convirtió en el prototipo de la versión descapotable. El KEG 77 se adquirió a finales de los años 70 en piezas, por 95 libras, después de pasar años en una granja. Fue completamente restaurado para presentarse tal como salió de fábrica.

Echa un vistazo a la galería de fotos de este espacio único que apasiona a cualquier aficionado a los clásicos, ya sea entusiasta o no de los Mini.

Fotografías: Toby Thyer