El camino hacia la F1: Gerhard Mitter

Al igual que muchos otros de su época, Gerhard Mitter comenzó su carrera en motocicletas, llegando a ser Campeón Nacional Junior de la clase de 125 cm3 en Alemania en 1955. Cuando llegó la nueva Fórmula Junior a Alemania, este hijo de refugiados de los Sudetes cambió a la nueva competición de monoplazas después de dejar de correr en motos y completar su formación como mecánico, aprovechando los recursos del negocio familiar, un concesionario de DKW cerca de Stuttgart. Allí construyó un monoplaza que iba un poco en contra del “zeitgeist” de la época: tenía motor y tracción delanteros, y el propulsor DKW era de dos tiempos.

Sin embargo, esta aparente anomalía no fue un obstáculo para obtener buenos resultados. Mitter ganó el campeonato alemán en 1960 con este coche, aunque parte de la temporada la corrió con un Lotus 18 más convencional (y competitivo), pero todavía equipado con el motor DKW AU 1000.

Después del gran escándalo del campeonato de 1961, donde hubo acusaciones de trampa contra él y otros competidores, lo que llevó al AvD a no otorgar el título a nadie, revalidó la corona en 1962, nuevamente con un Lotus/DKW. De hecho, sus motores eran tan bien valorados por la competencia que muchos le encargaban unidades.

En 1962, Mitter tuvo su primera “experiencia” en F1 al competir en el Gran Premio de Solitude con un Lotus 21 de Filipinetti, además de participar en los 1000KM de Nürburgring con un Porsche 356B inscrito por la empresa familiar.

Sería al volante de un coche de esta marca, de la cual sería piloto oficial en carreras de sport hasta el final de su vida, que haría su debut en el Campeonato Mundial de F1, concretamente al volante de un 718 inscrito por la Ecurie Maarsbergen de Carel Godin de Beaufort en el Gran Premio de los Países Bajos de 1963. Fallecería durante los entrenamientos para el Gran Premio de Alemania de 1969, mientras conducía un BMW de F2.