Los despreciados pero imprescindibles vehículos de servicio

Archivos 20 Ago 2024

Los despreciados pero imprescindibles vehículos de servicio

Por Irineu Guarnier

Maltratados por el uso intensivo, despreciados por la mayoría de los aficionados a los autos, abandonados en desguaces cuando ya no pueden más con el trabajo pesado, los vehículos de servicio conforman una categoría automotriz imprescindible para la vida moderna, pero aún poco valorada por los coleccionistas brasileños.

Esta flota heterogénea, que enfrenta cualquier misión con valentía, está compuesta principalmente por furgonetas, camionetas, jeeps y vans. Ellos transportan las rosas de la floristería, los perros y gatos de la tienda de mascotas, las entregas del supermercado, los periódicos, los policías, los escolares, los obreros y los muertos a su última morada. Ejecutan un sinnúmero de tareas. Sin embargo, no gozan del prestigio de los vehículos militares o de los camiones (por no hablar de los más obvios sedanes y deportivos) entre coleccionistas y museos.

En realidad, son muy raras las colecciones de vehículos de servicio. En los encuentros de autos clásicos, cuando aparece uno de estos ejemplares, de inmediato llama la atención del público, a veces incluso más que un Ferrari o un Porsche de cientos de miles de dólares. Aun así, pocos entusiastas de autos antiguos se dedican a salvarlos del desguace. Hay excepciones, es cierto. Supe de un empresario que coleccionaba carros fúnebres.


Siempre he tenido un cariño especial por estos vehículos humildes, desprovistos de lujos, que trabajan duro para mantener a sus dueños. Son las mulas de carga del mundo automotriz, vistas únicamente como herramientas de trabajo. Sin embargo, a diferencia de los automóviles de pasajeros, que solo generan gastos a sus propietarios, los vehículos de servicio retribuyen cada centavo invertido en ellos con dividendos equivalentes a varias veces su valor de adquisición.

Mi lista de furgonetas antiguas favoritas incluye el Citroën H “Nez de Cochon” (nariz de cerdo), algunos Ford, Plymouth y Chevrolet de los años 40 y 50, el Ford Econoline, el Fiat Fiorino y la inconfundible Kombi. Incluso pintadas en colores llamativos, y con marcas comerciales estampadas en las puertas, las furgonetas de servicio pasan casi desapercibidas en el paisaje urbano. Comienzan a trabajar muy temprano y solo se les permite estacionar en las puertas traseras de restaurantes y hoteles elegantes. ¿Vehículos de segunda clase? Tal vez. Pero imagina la vida en las grandes ciudades sin ellos.

Fotografías: Eduardo Scaravaglione

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