Clásicos • 18 Jun 2024

Clásicos • 15 Out 2024
La estrella premonitoria de los Jeeps en la Segunda Guerra Mundial
Para cualquiera que haya visto fotografías de un jeep de la Segunda Guerra Mundial, la estrella pintada en el capó y rodeada por un círculo en pintura marrón camel podría asociarse a un detalle estético identificativo. Sin embargo, es mucho más que eso, una historia de relieves, detalles e ingeniería.
La finalidad de la pintura era advertir a los soldados de ataques químicos, y se denominaba «pintura detectora de vesicante líquido M5» -el nombre de vesicante requería algunas aclaraciones, ya que se refiere a un agente químico que provoca burbujas o erupciones por liberación gaseosa-.
Tras buscar algunas fuentes, fue posible obtener el testimonio de Farell Fox, mecánico de tanques retirado y especialista en jeeps y pintura vesicante de la Segunda Guerra Mundial, quien afirma que la pintura pasó a formar parte del equipo estándar de algunos regimientos europeos a partir de 1943.

La inspiración para tal diseño vino de la famosa pintura detectora azul británica de principios de los años 40. Un documento gubernamental restringido, que Fox dice haber encontrado en los Archivos Nacionales americanos, describe cómo funciona la pintura, y cómo debe aplicarse a la estrella de cinco puntas (el símbolo nacional de todos los vehículos de motor utilizados en unidades tácticas): «Cuando el símbolo nacional esté situado en una posición visible para el conductor, el espacio entre las puntas de la estrella se pintará con una pintura detectora vesicante líquida, M5, formando un círculo alrededor de la estrella».
«En presencia de un ataque químico por vesicantes», prosigue el documento, “actuará la acción detectora de la pintura, que avisará decolorándose de marrón a rojo brillante”, precisando a continuación que en forma de vapor, el agente detector no funcionará.

El documento oficial también establece que si el símbolo nacional no es visible, la pintura debe aplicarse en una zona visible para el conductor. En cualquier caso, la pintura debe «renovarse» cada seis meses, o cuando se vuelva opaca y desgastada. También se hace hincapié en que la pintura debe limpiarse con un cepillo y mantenerse alejada del combustible con plomo, señala la fuente.
El uso de este tipo de armamento no es ninguna sorpresa, dado que Alemania era conocida por su uso de armas químicas en la Primera Guerra Mundial. Además, se puede informar de que la pintura era, en efecto, crucial para detectar agentes químicos como el gas mostaza, que debido a su olor característicamente intenso tienden a no ser capaces de distinguir diferentes olores tras unas pocas inhalaciones de aire, a lo que se añade el hecho de que la más mínima exposición a este tipo de agente puede causar daños respiratorios.
Por lo tanto, era obviamente fundamental que los soldados reconocieran este tipo de agente, razón por la que más tarde se pintaron componentes del equipo militar, como los cascos, pero también brazaletes específicos. Sin embargo, a pesar del ingenio, es poco probable que esta estrategia ayudara a salvar vidas, ya que en la Segunda Guerra Mundial Alemania utilizó armas químicas principalmente en campos de concentración, no en combate. Sin embargo, teniendo en cuenta las lecciones aprendidas, tiene todo el sentido del mundo aplicar un agente de detección para este tipo de amenazas.
Un poco de historia y de guerra, o acaso no eran éstas, por desgracia, las herramientas del progreso.