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El Ford Thunderbird que ayudó a batir récords
El Ford Thunderbird se lanzó en 1954 y fue el primer biplaza de la marca desde 1938. Se desarrolló como respuesta al Chevrolet Corvette y fue idea de Robert S. McNamara; sin embargo, siguió un camino ligeramente diferente, ya que el Corvette quería rivalizar con los deportivos europeos, mientras que el Thunderbird era más bien un coche de lujo con líneas deportivas, un segmento que se conocería como coche de lujo personal.
Aunque la primera generación del Thunderbird sólo estuvo en producción tres años, demostró ser una fórmula de éxito para el mercado americano, ya que vendió 16.155 unidades en su primer año, a diferencia del Corvette, que sólo vendió 674.
Siguiendo la línea del Corvette, el Thunderbird sólo estaba disponible con motores V8, ambos Y-Block: uno de 4,8 litros y otro de 5,1 litros de cilindrada, con distintos niveles de potencia según las especificaciones. Acoplado al motor había siempre una caja de cambios de tres velocidades, que podía ser manual, manual con sobremarcha o automática Ford-O-Matic.
El protagonista de este artículo es un Ford Thunderbird de 1956 muy especial, porque no sólo empezó su vida como vehículo de emergencia contra incendios en el aeropuerto de Las Vegas, sino que también se utilizó como vehículo de repostaje para el récord Guinness del vuelo más largo de la historia, cuando la Cessna 172 voló durante 64 días, 22 horas y 19 minutos en 1958.
Tras esta hazaña, fue adquirido por Howard Hughes de la Hughes Tool Company en 1967. Tras permanecer varios años en el inventario de la compañía, fue comprado en la década de 1970 por un piloto de la empresa, John Seymore. Pasó por varias colecciones privadas y fue completamente restaurado en tiempos recientes.
Cuando se encargó, este Thunderbird se especificó con el motor 312 V8 de mayor cilindrada y caja de cambios automática, así como capota blanca, techo rígido de ojo de buey para los días de invierno y kit Continental con neumático de repuesto en el exterior.
El 17 de mayo salió a subasta en un evento de Mecum en Indianápolis, vendiéndose por unos 57.000 euros.