Porsche 911 GT1, el más radical de la estirpe

El Porsche 911 GT1 fue el coche responsable del regreso de la marca alemana a lo más alto de las competiciones de velocidad y resistencia, habiendo sido diseñado con la intención de competir en la categoría GT1 de la BPR Global GT Series y, más tarde, en la FIA GT, y que poco comparte con el 911 tradicional, aparte de los faros delanteros y traseros, en lo que a aspecto se refiere.

La estructura delantera del 911 GT1 también se comparte con el 911 de la generación 993, aunque está muy modificada, al igual que la sección central, que incluye el cortafuegos, el suelo y el salpicadero. La sección trasera, por su parte, deriva del 962C Grupo C, al que se añade una estructura tubular. El 911 GT1 fue diseñado y desarrollado por Norbert Singer y Tony Hatter.

El motor bóxer M96/80 de seis cilindros, con refrigeración por agua, también deriva del 962C y tiene una cilindrada de 3,2 litros, cuatro válvulas por cilindro, gestión mediante electrónica Bosch Motronic 5.2, dos turbocompresores e intercooler, para alcanzar los 600 caballos. Para un mejor reparto del peso, se ha colocado en posición central trasera, lo que se traduce en una mayor distancia entre ejes. Acoplada al motor hay una caja de cambios secuencial de seis velocidades.

En su debut en las 24h de Le Mans de 1996, el 911 GT1 impresionó al alcanzar una velocidad máxima de 330 kilómetros por hora en la famosa recta de Mulsanne durante los entrenamientos libres.

En 1997, debido al éxito del 911 GT1 con el equipo oficial, Porsche fabricó nueve ejemplares para uso de equipos privados, que se sumaron a los seis ya producidos, haciendo un total de 15 911 GT1 construidos.

En este artículo aparece el 911 GT1 con número de chasis 108, uno de los nueve producidos para alquiler privado, que fue entregado en el circuito de Mugello (Italia) en marzo de 1997, destinado al equipo alemán Roock Racing.

Después de competir en la FIA GT, que incluyó las 24h de Le Mans con los pilotos Stéphane Ortelli y Allan McNish, este 911 GT1 fue vendido al equipo americano Rohr Racing, que compitió en la segunda mitad del Campeonato IMSA GT de 1997, ganando cuatro veces y dándole el título al equipo.

Al final de la temporada fue vendido a Joel Reiser para competir en la Canada GT Challenge Cup de 1998 y, en 2001, fue vendido a Larry Schumacher, que compitió con él en cuatro carreras de Grand Am. Al final de la temporada, este 911 GT1 se retiró de la competición y fue vendido a un coleccionista.

En 2012 fue vendido a otro coleccionista que lo restauró por completo, rematando la decoración utilizada por Rohr Racing en 1997 y utilizándolo para eventos ocasionales. Los días 14 y 15 de agosto salió a subasta en un evento organizado por Broad Arrow Auctions en Monterey, vendiéndose por algo más de siete millones de dólares, unos 6,8 millones de euros.